Soy Ana Isabel de Andrés, directora técnica, promotora y dueña de AMAPOLA Biocosmetics.
Un sueño hecho realidad. Esta es mi historia.
Siempre me gustaron las cosas hechas a mano, el valor añadido de lo que somos capaces de hacer, una tarta de cumpleaños, un collage, una labor de ganchillo…. Ya de pequeña se me ocurrían cosas imposibles y mareaba a mi madre para que me ayudara a llevarlas a cabo, siempre lo menos convencional, lo que todavía nadie había hecho.
“Como no sabían que era imposible… lo hicieron”
Y yo lo hice, tenia tanto empeño que después de muchos años, trabajo, tesón y esfuerzo lo he conseguido, y estoy aquí para compartirlo con vosotros.
Podría empezar diciendo que soy farmacéutica, o más bien creo que por encima de todo soy amante de la naturaleza y me siento cada vez más atraída por ella, las plantas me llaman, los olores, los colores, todo en ella es bello, y después de todo, ¿el ser humano no busca continuamente la belleza en todo lo que hace?
Pues hace unos años después de haber terminado mi carrera, intente dar una respuesta creativa a esta pregunta tan existencial: qué es lo que quiero hacer? ¿qué quiero aportar yo a la sociedad?
Y no tarde mucho en contestarme: me gustan las plantas, me gusta formular, mezclar, crear.. Y dicho y hecho, me puse manos a la obra.
Elegí un entorno rural para desarrollar mi proyecto, quise respetar lo que ya estaba antes de llegar, seres humanos con sus costumbres y su manera de actuar, ríos, animales, plantas, intenté no perjudicar de ninguna manera a la naturaleza y disfrute viendo que todo seguía fluyendo a su ritmo, sin que eso fuera un problema para desarrollar algo nuevo, sino más bien una ventaja.
Un entorno perfecto para desarrollarme profesionalmente y que estaba en armonía con mi forma de vida, un lugar donde vivir con mi familia, criar a mis hijos, y es que creo firmemente en la idea de que el trabajo no tiene que ser una cosa diferente a la vida, a vivir plenamente.
Elegí San Cristóbal de Segovia (Segovia), tierra de mis antepasados, que me acogió con los brazos abiertos, y allí decidí construir, en un antiguo pajar de mi abuelo paterno, mi laboratorio.
Los comienzos fueron difíciles, siempre lo son, ¿no? el esfuerzo muy grande y las ganas de sacarlo adelante mucho más, aún miro para atrás y me asombro del camino recorrido. Hubo muchas satisfacciones, cada día las hay, también apoyo y reconocimiento de las instituciones e incluso algunos premios de emprendimiento de los que me siento muy orgullosa.
Como emprendedora creo que he roto algunos moldes, mi objetivo es demostrar que las empresas pueden ser diferentes, sostenibles, y cuyo principal objetivo no es ganar dinero, si no aportar algo a los demás.
Creo que otra manera de emprender y otra manera de trabajar es posible, y son necesarias nuevas empresas para un nuevo paradigma social y cultural.
Desde que inicié mi proyecto hasta ahora han pasado algunos años y ya cuento con experiencia en formulación, fabricación y comercialización de productos cosméticos. Ahora ya no trabajo sola, si no que formo parte de un equipo de personas que creen en lo que hacen y ponen lo mejor de sí mismos en cada producto que sale al mercado, así es muy fácil conseguir los mejores resultados, todo está hecho con mucho amor, y eso se nota.
Han sido muchos los colaboradores que han hecho posible esta realidad y que han confiado en nuestra marca desde el principio, y a ellos quiero agradecerles que AMAPOLA Biocosmetics se distribuya en más de 350 puntos de venta por toda España, y siga creciendo cada día.