El aceite de manzanilla se obtiene por maceración de las flores de Matricaria chamomilla L. Este aceite contiene los principios activos de la flor entre los que destacan el aceite esencial, formado principalmente por camazuleno, de color azul característico y que se forma durante la destilación del aceite esencial.

La manzanilla era ya empleada por los egipcios como febrífugo, emenagogo y contra los trastornos intestinales, uso que se mantiene hoy en día.

Por vía tópica, se aplica como antiinflamatorio, cicatrizante y contra diversas afecciones cutáneas.

Se emplea por sus propiedades antiflogísticas y antiinflamatorias en el tratamiento de pieles sensibles y secas con tendencia a la inflamación, así como para pieles irritadas.

Se aconseja su empleo en productos desmaquilladores, leches y aceites corporales, productos infantiles y formulaciones para después del sol.

Contienen estos ingredientes: Crema facial de aloe vera, Leche corporal de caléndula y camomila, Bálsamo de bebé, Aceite de bebé.