La fragancia tiene muy mala reputación en el mundo de la cosmética. Cuando hablamos de la fragancia, pensamos en algo artificial, fuerte y tóxico. Pero al igual que con la cosmética orgánica en general, no todos los perfumes son creados igual.
En primer lugar, el término fragancia y perfume en la etiqueta del producto puede referirse tanto a ingredientes sintéticos como naturales. Es decir que un producto elaborado con ingredientes orgánicos, cuyo olor proviene de los aceites esenciales puros, puede contener la palabra «fragancia» en la lista de ingredientes en lugar de detallar todos los ingredientes naturales utilizados para crear el aroma.
¿Por qué una empresa decide poner «fragancia» en su etiqueta en lugar de enumerar los ingredientes puros que utilizan?
Para proteger el olor de la firma. Así es, un vacio legal en la publicación de los ingredientes protege a una empresa de que sus composiciones aromáticas puedan ser robadas por la competencia al no exigírseles que hagan una lista de cada ingrediente utilizado en su fragancia.
Entonces, ¿cómo se puede saber si un producto contiene ingredientes aromáticos puros o un cóctel de sustancias químicas?
Los más habitual es que el fabricante de cosméticos ecológicos (y certificados) especifique cada ingrediente utilizado o añada «de aceites esenciales» o algo similar bajo su lista de ingredientes. Si no encuentras nada en la etiqueta, consulta el sitio web del fabricante y sus normas en ingredientes para fragancias.
Al igual que con los demás ingredientes cosméticos, debes prestar atención a la composición del producto. Aceites esenciales puros, extractos de plantas y flores, e hidrosoles florales son las fragancias saludables. Leé las etiquetas.