Hablar de feminismo desde una óptica empresarial no es fácil.
Quizá porque los referentes que nos asaltan fácilmente son los de la mujer ejecutiva, hecha a sí misma, que accede al poder “a pesar” de ser mujer y compite de igual a igual con un hombre.
Ese feminismo corporativo, que lucha por la igualdad desde el poder empresarial o político y que en muchos casos acaba reproduciendo los mismo roles de poder patriarcales masculinos. La historia de la»mujer éxito», que se esfuerza y llega lejos, no hace si no tapar los problemas estructurales que existen y afectan a millones de mujeres que soportan la precariedad y la desigualdad social por una cuestión de sexo, raza o calse.
Entendiendo el feminismo como una lucha transversal que pretende un cambio estructural de las relaciones de género y sociales de nuestras vida, es decir una lucha contra el patriarcado pero también contra el capitalismo que va de la mano de la opresión de la mujer. Amapolabio, empresa formada íntegramente por mujeres, creemos en un proyecto empresarial que pone las necesidades de las mujeres y la sociedad por delante de la empresa y los beneficios. Es decir, una ética del cuidado y el bien común. Recordemos, que las mujeres hemos sidos quien más hemos invertido en la defensa de los recursos comunes y la creación de formas más amplias de cooperación social: trabajo en red, satisfacción de necesidades, anteponiendo los intereses colectivos…
La ética del cuidado ofrece una perspectiva desde la que abordar la ética empresarial basada en valores – como el cuidado, la asunción de responsabilidades hacia el otro o la atención a lo particular – poco apreciados desde las teorías éticas más tradicionales desarrollada por el patriarcado. Amapolabio como empresa con una visión de género apostamos por:
- Interacción en red entre la personas. Creemos que una empresa ha de velar por la relación e interacción de las personas entre si mismas y el entorno. Individualidad y comunidad van ligadas, si entendmeos que las personas somo seres sociales y que necesitamos de nuestro entorno pra desarollarno completamente. La empresa nunca puede ser un agente que aisle y anuele a las personas.
- Armonía con el entorno. No buscamos el control y la seguridad sobre todo lo que nos rodea. Reconocemos la interdependencia que existe entre las personas y el entorno en el que nos desarrollamos, y la necesidad de trabajar conjuntamente para hallar respuestas adecuadas a los nuevos retos.
- Cooperación. Apostamos por la colaboración y cooperación frente a los discursos tradicionales del enfrentamiento entre los diferentes circulos de la empresa, la teoria “tu ganas yo pierdo”. Colaborar y cuidar al otro como lei motiv para sumar.
- Subjetividad. Las emociones y los sentimientos, la atención a la particularidad subjetiva y la experiencia son menospreciadas en un entorno empresarial masculino patriarcal, frente a la racionalidad científica maximizadora de beneficios. Sin embargo, abordar el mundo desde nuestras necesidades personales subjetivas e inteligencia emocional nos permite atender las necesidades de las personas adecuándonos al contexto socio-cultural, y mantener decisiones beneficiosas para todas.
- Empoderamiento y horizontalidad. Rompamos con la idea de que, en la empresa, el poder y la autoridad han de responder a una estructura jerárquica. A partir de la visión horizontal de las relaciones, dicha jerarquía es reemplazada por una estructura descentralizada. No se trata de eliminarla por completo, sino de advertir que el trabajo en equipo y el empoderamiento de las trabajadoras permite crear mayor vinculación a la experiencia laboral.
Nuestro objetivo es demostrar que las empresas pueden ser diferentes, sostenibles, y cuyo principal objetivo no es ganar dinero, si no aportar algo a los demás. Creemos que otra manera de emprender y otra manera de trabajar es posible, y son necesarias nuevas empresas para un nuevo paradigma social y cultural.